Jessica González, la barranquillera que está cerca de hacer historia en el Parlamento de Cataluña
De ser elegida el 14 de febrero, se convertirá en la primera mujer afrolatina en la historia en conseguir este logro.
Su cita con la historia es el próximo 14 de febrero. Ese día eligen a los diputados del Parlament o Parlamento de Cataluña. De ser escogida por la ciudadanía, se convertirá en la primera mujer afrolatina en conseguir este logro.
Su nombre es Jessica González, una barranquillera de 31 años, que eligió el camino de la política. Tiene la vocación de luchar por los derechos de los demás desde muy niña y hoy, en un territorio distinto a su natal Colombia, está a las puertas de conseguir un hito y marcar un antes y un después.
La aspirante a diputada por el partido Cataluña en Comú atendió el llamado de Zona Cero y habló de todo. Sin pelos en la lengua, dio respuestas contundentes sobre su vida y lo que se viene.
¿Cómo se empezó esta historia de una barranquillera cerca de ser diputada del Parlamento de Cataluña?
Todo empieza...digamos que nada se recoge del suelo. Digamos que si es verdad que yo estoy empezando en política institucional, pero la política es algo que se hace desde las calles, desde los movimientos sociales y desde que hay una preocupación individual que pasa a ser una reivindicación colectiva, por derechos básicos.
Entonces, en ese sentido, si es verdad que empiezo ahora en política institucional y este camino ha sido más que todo en los últimos 2 años, pero yo venía de estar reivindicando derechos y visibilizando desigualdades, sobretodo teniendo que ver con temas de diversidad cultural, con temas de racismo y cómo incorporar la diversidad cultural y la riqueza que aportamos las personas migrantes en Barcelona, como eso es un deber por parte de las instituciones, en tomarlo, asumirlo y aplicarlo para que las políticas públicas sean diseñadas con una perspectiva intracultural, feminista, que nos incluya a todas las personas.
Una perspectiva política clara...
Ahora mismo en Barcelona está gobernando Ada Colau, de un partido que se llama Barcelona En Comú, que nace básicamente de movimientos sociales de defensa de derechos de las viviendas y que sale de una indignación colectiva que nace en el 15-M, que empieza en el 2011, en el cual el bipartidismo típico de España, de los dos partidos mayoritarios, después de la transición había un gran grito que era "no nos representan", esta gente que está montada en el poder no representa los intereses de la gente común, de la gente normal, de la gente que estamos en las calles.
Yo me meto en política institucional porque ese movimiento, Barcelona en Comú, a nivel de Barcelona, y que ahora en el Parlamento catalán sería Cataluña en Comú, representa a la gente de a pie, que hemos estado reivindicando derechos e intentando transformar desde las calles y desde las entidades y los movimientos sociales.
No es que a mi me llamen los partidos de siempre "ven a trabajar con nosotros", sino es que de la misma manera en la que se ha construido esa organización política en la que pertenezco, yo me siento parte de ella y siento que es algo accesible, que es algo que está a pie de calle, que no es como ese partido hermético que, sino tienes ciertos apellidos o vienes de cierta familia, formas parte o no, sino que este es el partido de la gente común y yo soy una barranquillera común y que también, en medio de mi privilegio que mis padres pudieron apoyarme para venirme a estudiar acá a Barcelona, pues me fui labrando mi camino y fui preguntándome un montón de cosas sobre mi identidad cultural y caribe, y en esa línea de reivindicar esa riqueza cultural que tenemos en Barcelona y Cataluña, de alguna forma me ficharon desde los comunes para sumarme al proyecto político.
Abrir una puerta...
Yo veo esto como una oportunidad de generar un impacto colectivo, de la gente que históricamente hemos estado excluida de esos espacios de poder y de toma de decisión.
No es como un agradecimiento, es como recuperar un espacio que nos ha sido negado. Es de todos, no es mío.
Este sentimiento de reivindicar a los excluidos... ¿Despertó en Cataluña o ya lo tenías en Barranquilla?
Esto nace de la vocación del servicio, que desde pequeña sobretodo mi padre me lo ha inculcado, el hecho que no venimos en lo individual, sino que siempre venimos a servir, a ayudar y para generar un tipo de impacto nunca lo haces sólo. Esa conciencia, tanto el poder de lo colectivo y de lo común, y de lo plural siempre me lo ha dado mi padre.
Mi familia siempre ha tenido una conciencia de clase muy fuerte, es decir, Barranquilla es un reflejo de lo que es Colombia y de lo que es Latinoamérica, en términos de desigualdades sociales y esas desigualdades están a la orden del día, ósea no es algo que tengas que hacer un esfuerzo muy grande para verlo. En nuestra misma realidad te das cuenta de eso, la manera en cómo está dividida la ciudad y cómo es la estratificación social y cómo está dividido el país, quienes acceden a ciertos espacios y quienes no acceden.
A mí me gusta mucho pensar en la gente, no como vulnerable, sino como personas vulnerabilizadas. Un sistema ha hecho que no tengas recursos monetarios o que personas de determinado color de piel o bagaje cultural tengan menos accesos a lugares de poder porque venimos de un sistema de poder racista en general o que las mujeres hemos tenido que hacer una lucha para ocupar esos lugares. Entonces poner en acento que no es que la gente sea más débil o más tal, sino que hay unas estructuras de poder que organizan la sociedad y por tanto quien accede a los lugares de poder y adquisición.
Esto es poco a poco, no de restablecer el orden, sino de romper con ese orden y estructura que nos han excluido las mujeres, las personas jóvenes, a los migrantes, a los que no venimos de la élite.
Sobre su posible logro histórico...
Es un poco incómodo "ser la primera que tal...", cuando no se habla de todos los mecanismos que han hecho que eso no haya sido posible antes....
¿Por qué la primera mujer tal? Pues, porque ha habido muchos mecanismos de control por parte de la sociedad para que eso no hubiese pasado antes.
Si eso sirve, el hecho de que yo pueda conseguir esto, sirve para que chicos más jóvenes puedan tener eso como referente y que se les pueda plantear como posibilidad que este Parlamento también es suyo, pues ya habremos conseguido un montón.
Pero, que te puedas convertir en los próximos días en la primera diputada afrolatina del Parlamento de Cataluña, te generaría orgullo y satisfacción, ¿No?
Claro, sobretodo por eso, por lo que se puede significar. Que una chica o un chico en Barranquilla puede pensar que eso es una posibilidad. Que vean que las instituciones están buscando perfiles como el mío que se parezca al tuyo. Entonces, claro, es importante en ese sentido.
Pero nunca es una cosa que tú consigues sola, ha habido mucha gente para que esto fuera posible. Que las mujeres estemos en política no es una lucha de hace 5 años, es algo desde hace mucho tiempo.
Vale, sí. Yo soy la que estoy allí, pero siempre con la perspectiva de que, de aquí a 15 años, sea una simple anécdota porque tenemos un Parlamento muchísimo más diverso, de gente joven, que ha venido a este país o nacido, que tiene un pasado migratorio.
¿En qué barrio te criaste en Barranquilla?
Yo nací en la Ciudadela, pero luego viví por Las Delicias, después Ciudad Jardín y en Alto Prado pasé la adolescencia. Esa conciencia social, como te decía, también venía de todos esos cambios de barrios, de colegios y de realidades de mi misma familia. Mis padres son de clase trabajadora y que nos iban cambiando de colegio y de casa en la medida en que ellos estaban en una situación un poco más cómoda y eso a mí me ha hecho estar expuesta a muchas realidades.
Cuando llegué a un colegio con un poder adquisitivo relativamente alto, mi mamá me decía "a ti no se te olvide de dónde vienes tú. No se te olvide que tú no estás allí porque tus padres tienen una herencia o tienes un apellido, sino porque tus padres han trabajado y esto es un esfuerzo que estamos haciendo", al igual que cuando yo me vine a estudiar acá.
Esa conciencia siempre la he tenido, no es que de repente me di cuenta que el mundo es un lugar injusto. Al crecer en Barranquilla y un país como Colombia, que es de los más desiguales...
La desigualdad forma parte de nuestra vida y está a nuestra vista. Yo no vivo en una burbuja de cristal y siempre he tenido conciencia de esas desigualdades desde pequeña.
En España...
Tú al migrar, haces una migración de clase. Puede que yo viva en Alto Prado en Barranquilla, pero aquí entre a vivir en un barrio obrero porque era lo que podía permitir en ese momento.
Es una sociedad desigual, pero mucho menos que en Colombia. Tú como migrante pasas a estar a la cola del último mono, entonces ya da igual en qué colegio estudiaste o que hiciste como tal porque aquí es uno más y eso para mí fue súper positivo.
¿Al catalán no le importa tu posición social en tu país de origen?
No tiene el contexto suficiente para valorarlo ni positiva ni negativamente. Aquí hay clasismo también, claramente, pero no son los mismos estándares que tenemos en Colombia.
Todos esas experiencias de ver el país desde fuera y saber que no todo es Barranquilla y que el país es una cosa más compleja de que te la imaginabas, eso es una riqueza que se tiene que poner en valor y aprovechar en un lugar como Cataluña. Son riqueza de contexto que pueden ser útiles en este contexto.
En el plano más personal, me gustaría que la gente se entere que hay otro lado de tu vida muy importante, como lo es el baile...
Yo estuve bailando con July Donado. Bailaba flamenco...
¿Flamenco en Barranquilla?
Una cosa rarísima. Más rara que un perro verde...
¿Qué te decía la gente?
Yo bailaba flamenco desde pequeñita. En el baile cada ritmo te aporta algo en un momento de tu vida. Te pide un tipo de valores, de carácter, de competencia o de cosas que tú tienes que poner en ese ritmo, que dependiendo en el momento de tu vida en el que estés... te conviene bailar una cosa o la otra.
A mí el flamenco me vino como algo que sale totalmente del espectro cultural nuestro. Es un baile de resistencia, lo cual necesito un carácter o una fuerza en particular.
En la primera clase no pillé ni media y para mí eso fue un reto, en un mundo que me encanta. Me iba a ir en principio para Francia y yo dije "no, me voy para España".
¿En qué año llegaste a Barcelona?
En 2006.
Cuando llegué no encontré una academia de flamenco auténtica. Seguí bailando tango que ya lo había hecho con July Donado y luego con toda esa búsqueda de mi identidad afro, vino las danzas africanas, de Costa de Marfil y Senegal. Yo me conecté con esa parte negra.
Eso es algo que no había hecho en Colombia porque no nos lo enseñan. Yo estudié en un colegio donde veíamos muchísimo la historia americana. Yo podía saber más de historia de Estados Unidos que del Caribe colombiano porque no miramos hacia dentro de nuestras raíces.
Luego estuve en Estados Unidos haciendo un Máster y seguí bailando música africana...
¿Hiciste un Máster sobre que y cuándo?
Hice un Máster en Ohio, Estados Unidos, en Comunicación para el Cambio Social. Ahí me gané una beca y cuando volví a Barcelona, tuve una necesidad imperiosa de bailar música de mi tierra, del Carnaval de Barranquilla.
Entonces, me volví a encontrar con amigos de Sentimiento Cimarrón, que es con la compañía que estoy bailando en el día de hoy. También hago clase de flamenco, cuando tengo tiempo. Me encanta el Carnaval y el baile negro. El baile ha sido como una constante para mí.
¿También bailaste con Mónica Lindo?
Yo, con Mónica he hecho colaboraciones. Los directores de Sentimiento Cimarrón son de su escuela. De hecho, Mónica estuvo aquí hace un par de veranos. Hicimos un intercambio espectacular.
Cuando llegaste a Barcelona, ¿Cómo te impactó el conflicto entre Cataluña y España?
Cataluña es una comunidad autónoma. Es súper diversa. Tú puedes encontrar a gente que no se siente catalana ni se siente española bajo ningún punto de vista, pero también Cataluña está construida a base de muchas migraciones.
Muchas migraciones han hecho descendencia aquí y hay una diversidad muy grande. No es una cosa muy dicotómica. La prensa lo quiere vender así.
Las cosas no son ni blancas ni negras. Las identidades nos la quieren vender como una excluyente. O eres una cosa o eres otra. Ahí viene un poco la política de nuestro partido. Ahora mismo hacer un referendo para preguntarle a la gente si es independentista o no...no es legal.
Es un contexto como estamos ahora, de crisis mundial, es más importante garantizar que la gente tenga trabajo y que los servicios públicos funcionen y que el sistema sanitario esté fuerte. Lo de la independencia lo podemos trabajar en paralelo. Hay parte rancia que es independentista o nada y otra que es unionista o nada y nosotros eso lo condenamos. Nosotros defendemos la vía del diálogo y que la gente con el tiempo decida lo que quiere.
En Cataluña, ¿Cómo nos ven a los colombianos?, ¿Tienen una opinión formada hacia nosotros o simplemente te aceptan y ya?
Bueno, hay un poco de todo. Por porcentaje de Colombia migra más la gente del interior, entonces los costeños somos más de nuestra tierra. Digamos que hay esa imagen más de la persona del interior.
Te puedo contar mil cosas, desde la gente un poco estúpida que creen que vivimos arriba de los árboles o que no ubican Colombia ni siquiera. El típico chiste con el narcotráfico, con la cocaína y por ejemplo, con todo el tema de la serie 'Narcos', de unos años para acá, he visto que eso, que ya estaba calmado, de alguna forma se ha realborotado otra vez, los estereotipos.
Te puedo decir que a veces nos ven como una misma cosa y no se sabe diferenciar de los costeños de los paisas, de los cachacos, pero en general me cuesta como ponerle etiquetas a cómo nos ven a los colombianos.
¿Y la imagen hacia el latino en general?
Sé que en general a la gente latinoamericana se nos ve como más cercanos, obviamente porque hablamos uno de los idiomas oficiales, no se nos ve tan lejano como ven a los de Pakistán y de China.
Las personas latinoamericanas, en general, ocupamos un cierto lugar de "privilegio", a la hora de acceder a derechos o acceder a la nacionalidad. Si eres latino necesitas dos años como residencia, si eres de Marruecos necesitas 10. Hay una serie de beneficios administrativos que vienen del pasado colonial. Eso no significa que no suframos racismo o que haya discriminación.
El otro día vi un video tuyo hablando catalán de manera perfecta. ¿Cuánto tiempo te costó aprenderlo?, ¿Es difícil?
Yo vine aquí a estudiar en una universidad pública, entonces como dicho a lo loco, había un 85% de clases en catalán. Lo empiezas entendiendo un 50, un 70, un 90%, hasta que lo entiendes, pero yo, afortunadamente, tengo un poco de facilidad para los idiomas, tras cuatro meses de escucharlo y lanzándome de 'care perro', empecé a hablarlo.
El catalán me empezó a dar una aceptación en mi entorno, sobretodo en con los profesores, "anda esta pelada habla catalán", eso me dio cierto rango y entonces a partir de allí el catalán es como mi lengua profesional por excelencia. Todo lo que tenga que ver con el ámbito académico, laboral y en la calle, yo hablo catalán todo el tiempo.
Pero también como que me jode un poco que se use eso como que "este inmigrante está integrada por hablar catalán". Esto es un elemento de cohesión en tanta diversidad como en Barcelona, pero yo reivindico que sea una opción y no una imposición.
Destaco lo que me has dicho que tienes todavía el lenguaje costeño. Siempre se habla de que el colombiano cuando se va a otro lugar, se le pega el acento de ese sitio…
Te vas un fin de semana a Bogotá y vuelves hablando cachaco 'nojoda'...
Sí, pero de verdad mantienes los dichos y la jerga de los costeños...
Lo intento de verdad, pero esto es una lucha interna que tengo mijo porque no es fácil. También el hablar tanto catalán me ayuda que cuando hablo el español, hablo mi acento.
Pero, por ejemplo, mi marido es andaluz y los andaluces culturalmente se comen las 'S', economía del lenguaje como dicen ellos, que cortan las palabras, así como nosotros. Entonces, ahora hay muchas cosas que tengo una combinación del acento andaluz con el barranquillero, pero bueno que viva la mezcla y pa' eso estamos.
Pero yo intento eso. Mi marido tiene dichos costeños también. Intento esa parte identitaria aún conservarla.
Un compromiso y sello de amor en el Carnaval...
Yo pienso en el día de mañana cuando tenga hijos, cómo van a crecer. Si crecen aquí, pues no sé, mi marido también se preocupa por si va a escuchar flamenco o si va a escuchar el Joe (Arroyo). Nosotros tenemos una mezcla 'barranquillero-andaluza'. De hecho, nos comprometimos en el Carnaval de Barranquilla y nos casamos en el Carnaval de Barranquilla.
¿En qué año?
Nosotros nos casamos en el 2020, en la cuneta de la pandemia. Nos comprometimos en la Batalla de Flores (de 2019), bailando ahí en la mitad y en el 2020 nos casamos, nos llevamos a todos nuestros amigos de aquí para allá, al Carnaval de Barranquilla, ósea me casé el jueves de Carnaval y la fiesta fue Batalla de Flores (2020). Pa' mí, todas estas expresiones culturales es importante conservarlas, pero también se me pegan cosas aquí.
¿Cómo ves a nuestro país en el panorama político?
En el panorama político lo veo...claro, yo soy de izquierda, que te voy a inventar.
Si estuvieses aquí, la extrema derecha te calificaría de "mamerta".
Mamerta y si, si, si..., pero bueno, me entristece mucho ver, en general nos pasa a la izquierda, que nos dividimos un poco entre nosotros porque somos tan populistas y tenemos unas ideas tan fuertes y la verdad absoluta, es como "marica vamos a unir fuerzas, esto no puede ser".
Me entristece un poco ver a la izquierda dividida porque creo que, con los niveles de desigualdades que tenemos en Colombia, un Gobierno de izquierda podría de alguna forma redistribuir. Lo que pasa es que está el fantasma de Venezuela, que es lo que saca la gente. En las elecciones la palabra Venezuela brilla por estar en cada signo de puntuación, en cada frase de Gobierno del que ponga Uribe.
A mí me entristece un poco que no se vea a la izquierda como una cuestión amplia y como un espacio de posibilidades que ayudaría a de alguna forma restablecer ciertas desigualdades que tenemos en Colombia, tampoco te digo que sería la solución mágica porque no es una varita mágica, pero creo que esa visión no ha tenido su oportunidad en demostrar en Colombia, lo que sería capaz de hacer a nivel de redistribución de riquezas, de garantía de derechos sociales sobretodo a nivel de igualdad, que no sean los de siempre los que están arriba y que de alguna forma redistribuir un poco los recursos y que el acceso a la educación y la salud no sean un privilegio y que sean un derecho.
El proceso de paz, las masacres y los líderes sociales...
En cuanto al proceso de paz, me preocupa que nos quedemos en la parte rencorosa y no en pasar página, y en el deber generacional que creo que la gente ahora mismo que ha estado en todo ese proceso, tienen una deuda con los jóvenes y decir "vale, pasó todo esto, esto hace parte de nuestra historia, a partir de aquí, qué es lo que vamos a escribir, qué aprendimos, hacia dónde vamos, qué país queremos dejarle a nuestra próxima generación" y entrar en más constructiva y menos en clave de recriminar.
Y evidentemente todo el asesinato a mansalva de líderes y lideresas sociales que hay... es algo que a mí me preocupa y a toda la comunidad colombiana e internacional, el asesinato de líderes y lideresas sociales que, da la casualidad que muchos de ellos son afros, indígenas, campesinos y muchos de ellos son mujeres también. Entonces, no es casualidad precisamente y por eso voy a que el racismo es un sistema, donde todos vivimos y no es que "ay, en España hay racismo y en Colombia, no", ósea también hay racismo y clasismo porque bueno así está construido el mundo y precisamente por eso hay que hacer un movimiento para romper con eso.
¿Y si vivieras en Colombia?
Si yo estuviera en Colombia y fuese una lideresa, que estoy reivindicando yo que sé, igual también estaría en peligro mi vida y en ese sentido, me causa un profundo dolor, una profunda rabia y una profunda indignación que luchar por los derechos y el conseguir los derechos, sea un deporte o una práctica de alto riesgo en Colombia.
En caso de ser elegida como diputada el próximo 14 de febrero, ¿Qué pueden esperar los catalanes y migrantes contigo en el Parlamento?
Mis intereses en general tienen que ver con sobretodo la gente joven de este país, dentro de las cuales hay gente migrante, pero la gente joven ahora mismo estamos en un punto en el que no vemos mucho futuro. No se nos escucha. No se hacen políticas concretas que tengan que ver con la precariedad laboral a la que estamos expuestos. Hacemos prácticas, después te piden 20 años de experiencia y no te pagan, y tú con el crédito Icetex. Eso pasa aquí, en otra medida también.
Por otro lado la diversidad cultural y las mujeres, ósea la combinación de gente joven, diversidad cultural y mujeres, y sobretodo con una perspectiva de clase clara, de qué problemáticas no se han escuchado y no se han trabajado como es debido en el Parlamento, yo creo que ahí voy a estar yo y va a estar toda la gente de mi partido.
También creo que en temas de emergencia climática es muy preocupante. Se nos va a acabar el planeta, en verdad puede que eso pase y aquí, eso parece que es una cuestión de hippies, pero sino hacemos algo ya y drástico, puede que nos vamos a ir al carajo todos, clarisimamente. Entonces ahí ni país independiente ni país no independiente, es que no hay planeta.
Esos son los temas y yo, individualmente, también como frescura y alegría y una forma dialogante de hacer política.